viernes, 28 de noviembre de 2014

// //

De la mano de San Agustín (22)

 Lc 21,29-33  ¡Cuál será la hernosura de aquel reino!

Estos cánticos, hermanos carísimos, únicamente nos enseñan a subir; pero a subir en el corazón, en el buen afecto, en la fe, la esperanza y la caridad; en el deseo perpetuo de la vida eterna. Así se sube. Nos conviene exponer cómo ha de subirse. ¡Cuántas cosas terribles oyó vuestra caridad al leer el evangelio! Oísteis, sin duda, que la hora del Señor llegará como ladrón en la noche. Si supiera el amo de casa —dice el Señor— a qué hora ha de venir el ladrón, en verdad os digo que no le permitiría horadar su pared. Ahora decís: "¿Quién sabe cuándo ha de venir, puesto que vendrá como ladrón?" Ignoras a qué hora ha de venir; vigila siempre, para que, si no sabes cuándo ha de venir, te encuentre preparado cuando venga.
Quizás ignoras cuándo ha de venir para que siempre estés preparado. Al amo de casa le cogerá de sorpresa la hora; por el amo de casa se simbolizó al soberbio. No quieras ser amo de casa, y no te sobrevendrá de repente aquella hora. "¿Qué seré entonces?", dices. Lo que oíste en el salmo: Yo soy pobre y atribulado (Sal 68,30). Si eres pobre y atribulado, no serás amo de casa a quien sorprenda la hora de improviso. Amos de casa son los que, presumiendo de sus propias codicias y enfangándose en los deleites del mundo, se engríen y se levantan contra los humildes e injurian a los santos, que conocen la senda estrecha, que conduce a la vida (Mt 7,14). A estos soberbios les sobrevendrá de repente aquella hora.

Porque así eran los que vivían en los días de Noé, de los cuales oísteis que se habló en el Evangelio cuando dijo: Así será la venida del Hijo del hombre, como en los días de Noé. En ellos comían, bebían, se casaban los hombres y las mujeres; plantaban, edificaban, hasta que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y acabó con todos (Mt 24,37-44; Lc 17,26-27). Luego entonces, ¿qué? ¿Perecerán todos los que ejecutan esto? No, sino los que presumen de estas cosas, los que anteponen estas cosas a Dios, los que están preparados al instante a ofender a Dios por ellas. Por el contrario, los que o no usan de todas estas cosas o usan de ellas como si no usasen, los que presumen más de Aquel que las dio que de aquellos a quienes se las concedió, los que ven en ellas consuelo y misericordia y no se preocupan de los dones para no alejarse del donante, siendo tales, no les sobrevendrá aquella hora como ladrón, hallándolos desapercibidos.

A éstos dijo el Apóstol: Vosotros no estáis en tinieblas, para que el día aquel se apodere de vosotros como ladrón, pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Por esto, al decir el Señor que debía temerse aquella hora como a ladrón, mencionó la noche; y el Apóstol dice que la hora del Señor vendrá como ladrón en la noche. ¿No quieres que te sorprenda? No estés en la noche. ¿Qué quiere decir "no estés en la noche"? Sois hijos de la luz e hijos del día; no lo somos de la noche y las tinieblas(1Ts 5,2-5). ¿Quiénes son los hijos de la noche y las tinieblas? Los inicuos, los impíos, los infieles.
Comentario al salmo 120,3.

0 Reactions to this post

Add Comment

Publicar un comentario