lunes, 2 de mayo de 2016

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Si AL SILENCIO LLEGARAS

Si al silencio llegaras,
dulce Dios, dulcemente
y pusieras tu dedo
en mis labios, muy leve,
o corazón adentro
— ¡la vida desfallece!—,
tocaras ese aire
que la pena consiente
y allí dejaras, honda,
la paz, la suave nieve
de la serenidad...

Si besaras mi frente...
Si allí el dolorido
sentir trocaras... ¡Fuerte
soledad, Dios, almena
dame, torre valiente
contra rayos y vientos,
contra ausencias y muertes!


Si la dicha brillara,
oh buen Dios, sol ardiente,
en el fondo del alma,
al llegar dulcemente
tu voz dulce a la casa
en que siempre te pierdes...

Concha Zardoya González
Chile 1914-España 2004

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