lunes, 3 de octubre de 2016

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Domingo XXVII Tiempo Ordinario C Reflexión


El justo vivirá por la fe

    Para un cristiano es necesidad constante saber hacia dónde se dirige, salir de lo inmediato y situarse desde la fe en el momento que nos toca vivir. Desde ahí nace la esperanza como don  que tenemos que implorar desde lo alto. Muchas veces padecemos el oscurecimiento de los valores que nos son necesarios para dar sentido verdadero a nuestras personas.

    ¿Cómo sentirnos dispuestos a vivir el camino de la fe? Tengamos presente en nuestra vida tres realidades que mutuamente se conjugan  y fundamentan la vida del cristiano:

    *el justo vivirá por la fe. En esta afirmación aparece el contraste entre dos actitudes: la del impío y la del justo. Al primero se le caracteriza como orgulloso y pretencioso, y del segundo de dice que vivirá por su “fidelidad”. Y… ¿dónde quedamos nosotros?

    *vive con fe y amor en Cristo Jesús. Así termina el apóstol Pablo la referencia al. Evangelio cuando dice que la fe es la fuerza de Dios  que da la salvación no pot las obras sino por la gracia manifesta en Cristo, el cual aniquiló la muerte y ofrece la vida inmortal.

    *Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. La fe no consiste simplemente en hacer maravillas en favor de los demás; la verdadera fe va acompañada de amor. En la vida cristiana todo es gratuidad y don. 

    Al igual que los apóstoles dirijámonos siempre al Señor y digámosle: AUMÉNTAMOS la FE.  

                                    Fr. Imanol Larrínaga oar

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