sábado, 22 de octubre de 2016

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Santa Magdalena de Nagasaki. Crónicas del recuerdo

A su regreso de Roma, la Sra. Lucy Quirós presidente de la Fraternidad Seglar Santa Rita de Casia, Lima, nos refiere sus hondas impresiones:

-Sra. Lucy, cuéntenos los pasos que ha dado para integrar la fraternidad seglar agustino recoleta.

-- Soy una persona convencida de que la vida no la debes vivir para ti sola,  sino en función de una entrega a los demás. Al quedar viuda hace nueve años, centré mi trabajo de apostolado a través de mi parroquia Santa Rita de Casia, en Lima; trabajo en el área de la juventud y a la vez integro el consejo parroquial. En cierta oportunidad el P. Antonio me invitó a formar parte de un grupo que recién se iniciaba, Terciarios Agustinos Recoletos.

¿Conocía a la Beata Magdalena de Nagasaki?

--En los dos años de preparación tuve la oportunidad de conocer la vida de la Beata, su espíritu de entrega, su sacrificio y las torturas por las que pasó por defender su fe; también sabía que fue una de las primeras en vestir el hábito de la tercera orden de manos del Beato Francisco.

-"Preguntando se va a Roma", reza el viejo refrán, pero quisiéramos saber cómo se le fue allanando el camino para viajar y ser testigo de la canonización.

--A su pregunta tengo que responder diciendo que estoy  convencida que por voluntad y gracia de Dios. Las dificultades y trámites del viaje se fueron solucionando, y cuando me llegó el desánimo al no poder hacer el viaje con una amiga con la que inicié los planes, me llegó la respuesta  a una carta que escribiera al P. Antonio contándole nuestros planes. En ella me comunicaba la fecha de la canonización, el 18 de octubre. Esto me impactó, pues coincidía con la fecha de mi nacimiento; me dije interiormente: "Dios mío, amigo mío, ahora sé que es tu deseo el que yo vaya, para acercarme más a Ti".

Santa Magdalena de Nagasaki  ha sido reclamada por dos familias religiosas: los agustinos recoletos y los dominicos; queremos conocer las palabras pronunciadas por el Santo Padre en el momento de la canonización.

--Para ir a Roma formé parte de un grupo de peregrinos todos dominicos, solo el P. Aguirre y yo agustinos recoletos. En el trayecto se rezaba por los 16 santos dominicos. El que no mencionaran a Magdalena de Nagasaki como santa agustina recoleta, despertó interiormente en mi sentimiento de frustración. Hablé con un sacerdote del grupo y le dije que conocía la vida de Magdalena y que ella se había entregado al sacrificio vestida de negro y correa de terciaria agustino recoleta. No obtuve respuesta clara. Durante el viaje me ayudó mucho la oración y el pensar: “Señor, siendo tuya, qué más da agustino recoleta o dominica”, pero también: “Ya en Roma aclararás tus ideas”. Y así fue, porque el P. Romualdo me habló muy minuciosamente de ella y mi alma quedó muy en paz al escuchar de labios del Santo Padre: “Santa dominica y agustina recoleta”. Como dicen en mi país, recién pude respirar profundo. ¡Qué alivio!
-Tengo entendido señora Lucy, que ud. fue elegida para presentar las ofrendas en la misa de la canonización, ¿podría decirnos cómo fue eso?

-- Ha sido el regalo más hermoso que el Señor me ha dado en el día de mi cumpleaños en toda mi vida, y ha sido a través del P. Antonio, P. Pedro y del P. Romualdo.

En el momento de la ceremonia, y al subir esas escalinatas alfombradas de rojo, los cánticos del coro y la plaza de San Pedro llena de peregrinos, me hicieron sentir en el cielo, mis piernas se doblaban de emoción; lo que me dio fuerza fue el pensar y sentir la presencia de toda mi fraternidad limeña a mi lado. No estaba sola.  Cuando me arrodillé ante el Santo Padre, le dije emocionada: "Yo peruana,   Yo Perú". El bendijo a mi patria y luego a mi familia. La emoción que experimenté me es difícil describirla con palabras, pues son cosas del alma.

Santa Magdalena abre la marcha de la fraternidad seglar con la lámpara encendida, ¿Cómo compromete este hecho a nuestras fraternidades?

-- La Santa nos muestra con su testimonio de vida a la que debe aspirar todo terciario: la santidad, la entrega y la fortaleza de fe; ella será nuestra guía. Personalmente me compromete y mucho, más no me asusta. Las formas y los caminos los irá trazando el Señor y, con su ayuda y la de nuestra Madre, trataré de seguir adelante.

Dentro de unos días regresa a Lima, su tierra natal, ¿Qué mensaje y testimonio va a llevar a las tres fraternidades limeñas?

--Les compartiré que este viaje me ha servido de alimento espiritual muy fuerte, cada lugar, cada paisaje, santuario y experiencia de la ceremonia de canonización, me hablaba de mi Señor. Había momentos que me parecía que mi alma no iba a poder resistir tanta grandeza, ternura  y bondad. Me sentía como una niña tiernamente mimada en brazos de su Padre.

Llevo este mensaje y compromiso a mis hermanos de nuestras fraternidades del Perú.

Feliz viaje, amiga Lucy, que Santa Magdalena te acompañe en tus tareas de catequista.
Fuente: Recortes 2. Octubre/noviembre 1987.

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