viernes, 24 de febrero de 2017

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De la mano de San Agustín (9): Deleitosa comunión la de los santos (5)

 Luego los monjes eran como barba; muchos fueron fuertes y padecieron muchísimas persecuciones. Pero, si desde la barba no hubiera descendido el ungüento, no tendríamos ahora monasterios. Mas como descendió también al gorjal del vestido, pues dice así: Que descendió al gorjal del vestido, apareció a continuación la Iglesia, que engendró los monasterios del vestido del Señor; porque el vestido sacerdotal simboliza a la Iglesia y ella misma es la veste de la cual dice el Apóstol: Para presentarse Él a sí mismo la Iglesia gloriosa, que no tiene mancha ni arruga (Ef 5,27). Se lava para que no tenga mancha, se extiende para que no tenga arrugas. ¿En dónde la extiende el lavandero? En la leña. Todos los días vemos crucificar, en cierto modo, las túnicas por los lavanderos; (al extenderlas) las crucifican para que no tengan arruga. ¿Qué significa "orla del vestido"? Hermanos míos, ¿qué hemos de entender por orla vestimenti? La orla es el fin del vestido. ¿Qué hemos de entender por "el fin del vestido"? ¿Acaso que al fin de los tiempos contaría la Iglesia con hermanos que habitasen unidos? ¿O entendemos por la palabra "orla" (ora) la perfección, porque el vestido se perfecciona o termina con la orla, y son perfectos aquellos que saben vivir en unión? Son perfectos los que cumplen la ley. ¿Cómo cumplen la ley de Cristo los que habitan unidos? Oye al Apóstol: Soportaos unos a otros vuestras cargas, y así cumpliréis la ley de Cristo (Ga 6,2). Esta es la orla o el final del vestido. Pero ¿cómo entenderemos, hermanos míos, de qué final, extremo u orla se habla a la cual pueda descender el ungüento? No creo que quisiera se entendiese la orla o el extremo lateral del vestido, pues hay orla o al final o a los costados. Por tanto, pudo descender el ungüento desde la barba a la orla o extremo que hay en la parte principal del vestido, en donde se halla la abertura del cuello, o sea el gorjal. Tales son los que habitan en uno; de suerte que como la Cabeza del hombre entra por esta orla, abertura o gorjal para vestirse, así también entra por la concordia fraterna Cristo, que es nuestra Cabeza, para vestirse, a fin de que la Iglesia se una a Él.

 ¿Qué más dice? Como rocío del Hermón que desciende sobre los montes de Sión. En esto quiso se entendiese, hermanos míos, que, debido a la gracia de Dios, los hermanos habitan unidos; no debido a sus fuerzas ni a sus méritos, sino a la gracia de Dios, que es como rocío del cielo. La tierra no se llueve a sí misma; todo lo que engendra se seca si no desciende de arriba la lluvia. En cierto lugar del salmo se dice: Lluvia voluntaria derramarás, ¡oh Dios!, para tu heredad (Sal 67,10). ¿Por qué la llamó voluntaria? Porque no se debe a nuestros méritos, sino al querer o a la voluntad de Dios. Pues ¿qué bien merecimos nosotros pecadores? ¿Qué bien merecimos los inicuos? De Adán procede Adán, y de Adán se originan muchos pecados. Todo el que nace, nace de Adán; condenado de condenado, y, viviendo mal, añade pecados sobre Adán. ¿Qué bien, pues, mereció Adán? Con todo, amó el Misericordioso; amó el Esposo, no a la hermosa, sino para hacerla hermosa. Luego llamó a la gracia de Dios rocío del Hermón.
 En in ps.132, 9,10

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