sábado, 30 de septiembre de 2017

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AÑO DE LA SANTIDAD. MONS. IGNACIO MARTÍNEZ MADRID

Nace en Baños de Valdearados (Burgos) el 31 de juliode 1902. A los 13 años ingresa en el colegio que los Agustinos Recoletos tenían en Ágreda (Soria), Es ordenado sacerdote en Riberäo Preto (Brasil) en 1926. Se ofrece como voluntario para la misión de Lábrea. Amazonas (Brasil).

A  los 28 años es nombrado Administrador Apostólico de Lábrea. Muere el 16 de marzo de 1942, con 40 años de edad, cuando estaba haciendo la visita pastoral  de camino al Congreso Eucarístico nacional de Manaos. Así corona su carrera este apóstol misionero, entregado a Cristo por las almas del río Purus.

El 30 de noviembre de 2004 se clausuraba en Madrid la fase diocesana del proceso de canonización de monseñor Ignacio Martínez Madrid, prelado de la misión de Lábrea, en Brasil.

Excelsa aspiración (Duc in Altum)

Poema original de monseñor Ignacio Martínez, escrita en tiempo de recreo.
Lábrea, 12 de noviembre de 1938

    “¡Santo es vivir la vida misionando,
     y el Purús navegando,
    en procura de almas para Dios!

    ¡Lindo el vivir que marcha sonriendo,
    a todos bendiciendo,
    cual bendecía a todos el Señor!

    Nada hay mejor que hacerse misionero,
     apóstol verdadero,
    intrépido soldado de la cruz.

    Nunca en nada mejor pudo emplearse
    la vida y acabarse,
    que luchando y muriendo por Jesús.

    ¡Amo, Señor, las almas que creasteis,
    y a mí las confiasteis,
    y la sangre preciosa redimió!

    ¡Dadme el don de deciros, sonriente:
    Ninguna de mi gente,
    ni una que vos me disteis, se perdió!

    ¿Para qué yo querré mi pobre vida,
    si ella no es consumida,
    como lámpara que arde en vuestro honor?

    Formando parte del apostolado,
    cerca de vuestro lado,
    ¿por qué no he de incendiarme en vuestro amor?

    Quiero vivir tan sólo para amaros
    y para entronizaros
    en todas las familias del Purús.

    Después, Señor, al declinar mis días,
    ¡dadme las alegrías
    de morir, como vos, clavado en Cruz!

    Y al clarear la aurora de aventuras,
    de ir a las alturas
    del cielo que creasteis para nos,

    dadme también allí ser misionero;
    tan sólo, mi Dios, quiero
    vivir mi cielo... misionando a Vos.

Fuente:Causa de los Santos. Orden de Agustinos Recoletos
             www.agustinosrecoletos.org/es/reportajes.

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