sábado, 2 de diciembre de 2017

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CANCIONES DE LA VIRGEN

Canción Primera
   

Y qué cortos y qué largos
se hicieron los nueve meses!
Cortos para mi cabeza,
para el corazón, muy breves.

Estaba dentro de mí
y aunque a Él no le sentía,
sentía cómo mi sangre
al rozarle sonreía.

Nadie notó en Nazaret
lo que estaba sucediendo:
que teníamos dos cielos,
uno arriba, otro creciendo.

¿Dios está en el cielo?
¿El cielo está en Dios?
y yo por los montes
llevando a los dos.

Si estaba hecho de carne
¿era carne de cristal?
y yo pisaba con miedo,
no se me fuera a quebrar.

Cuando yo respiraba
respiraba Él;
cuando yo bebía,
bebía también
el autor del aire,
del agua y la sed.

¿Y cómo podría ser
Dios tan sencillo
si dentro de mí pesaba
poco más que un cantarillo?

Yo acariciaba mi seno
para tocarle,
porque Él estaba allí
al tiempo que en todas partes

¡Qué envidia me tuvo el cielo
durante los nueve meses!
Él albergó al Dios eterno.
Yo tenía al Dios creciente.

P. José Luis Martín Descalzo

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