jueves, 21 de diciembre de 2017

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LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU ANTO

El último don del Espíritu Santo es el santo temor de Dios. Pero este don no tiene nada que ver con el miedo. Porque en realidad, “en el amor no hay lugar para el temor; al contrario, el amor perfecto elimina el temor" (1 Juan 4,18).

El santo temor de Dios es la capacidad de reconocer que Dios siempre es infinitamente más grande, que nos sobrepasa por todas partes, que nunca podemos abarcarlo. El amor nos permite descubrir a Dios muy cercano y lleno de ternura, pero el santo temor nos permite reconocer que nuestro amor nunca puede agotar a Dios ni poseerlo completamente, ya que él es el infinito e inabarcable, que está por encima de todo. Este don nos permite recordar que nunca dejamos de ser sus creaturas, y nos ayuda a ser muy cuidadosos para no ofender a Dios, para no desagradarle con nuestra conducta, porque él es el Santo.

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Los Cinco Minutos de San Agustín de Hipona

Como tu misericordia es superior a todas las vidas, aquí está mi propia vida. Tu mano derecha me acogió en mi Señor, para que yo alcance por su medio a Aquel que me ha alcanzado y me reorganice desde mis días antiguos siguiendo al Uno, olvidando las realidades pasadas, sin ir detrás de las que son futuras y que un día pasarán, sino hacia aquellas que tengo adelante. Sigo tras la gloria de la llamada celestial de donde oiré la voz de la alabanza y contemplaré tus delicias que ni vienen ni pasan, sino que perduran.
P. José Luis Alonso Manzanedo, OAR.

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