martes, 19 de diciembre de 2017

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"PÁGINAS DEL DIARIO DE MARÍA" (2)

III

Me gustaba el silencio: en él podría
oírse el aleteo de los ángeles
si vinieran un día. Pero nunca
llegaban. Solo el ruido de Dios tronaba a veces.

Un Dios hermoso, posesivo y virgen
que eclipsaba todo otro deseo
y me encendía como el cristal bajo la luz del sol
Fui madre en esperanza tantas veces
que el alma me creció como un almendro.

IV

¿Lo soñé alguna vez? ¡Cómo podría!
Eso hubiera
desgarrado mis sueños
cual una nuez pisada por un monte
o un mar que estalla un búcaro.

Los profetas
sonaban en el trueno más allá de los montes,
mas, ¿quién piensa engendrar la tormenta?
Sabía, sí, que Dios estaba loco de misericordia,
mas también
que él tendría la última sensatez de elegir bien su casa.

Yo viviría a su sombra callada
en la clara penumbra de una vida sin fuegos,
sabiendo que las flores no engendran
porque sólo son flores.

P. José Luis Martín Descalzo
(1930- 1961)

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