lunes, 18 de diciembre de 2017

// //

"PÁGINAS DEL DIARIO DE MARÍA"

De mi infancia recuerdo yo la Presencia.
La niña que yo fui se preguntaba
qué o quién la invadía,
qué hilos tiraban de su sangre ¿hacía donde?

Recuerdo que una noche me desperté llorando
asustada de lo ancho del sueño,
como si no tuviera corazón para tanto.

La vida -como un traje-
se me iba quedando pequeña, y avanzaba
por el misterio que, misteriosamente,
se me volvía dulce y cotidiano.

Ni rezar era necesario. Lo invisible
crecía en mí
silencioso
como los sueños de la hierba en la noche.

II

Recuerdo bien que todas mis amigas vivía de
esperanzas,
entrelazaban juegos, creían vivir, cantaban.
Yo me iba quedando al margen de las cosas,
vaciándome,
como una copa
que ni siquiera sospecha
por qué ha sido creada tan abierta.

Todos querían vivir mucho y muy deprisa;
yo me iba quedando en el misterio
desbordada y sola
pero nunca
nunca cerrada,
viviendo como un tallo
que tiene ya por dentro maniatadas
las flores y el olor de las flores y su gozo
que nadie ve, pero que ya están ardiendo.

Por eso me quedaba contemplando a los pájaros,
tratando de adivinar mis alas.

P. José Luis  Martín Descalzo.
(1930 - 1991)

0 Reactions to this post

Add Comment

Publicar un comentario