sábado, 22 de septiembre de 2018

// //

DOMINE, NON SUM DIGNUS

   Yo no soy digno, Señor,
de que entres en la morada,
mísera y desgobernada,
de este pobre pecador,
mas no sea tu rigor
tanto como mi desvío,
que el pecho siente ya el frío
de haberse de ti alejado…
¡Oh, cuánto fue mi pecado!...
¡cómo me duele, Dios mío!...

   Yo no soy digno, Señor,
(tantos fueron mis agravios)
de oír de divinos labios
una palabra de amor;
mas Tú eres el buen Pastor,
y yo la oveja perdida,
que en los zarzales del mundo
prendida, escuchó tu voz;
clamó, acudiste veloz,
y me salvaste la vida…

   Yo no soy digno, Señor,
pero conozco el sonido
de tu voz, como un gemido
inenarrable de amor.
¡Oh, llámame, por favor!,
cada mañana a tu altar...
dame poder comulgar
y amarte como Tú quieres,
y esos sean mis poderes
en el trance de expirar.

Romería de Versos
P. José López Luna.




0 Reactions to this post

Add Comment

Publicar un comentario