viernes, 2 de noviembre de 2018

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YA ESTAMOS ALLÍ CON EL DESEO

 Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo vais a ser pesados de corazón? Pase que hayáis persistido en vuestro error, dice, hasta la venida del Hijo de Dios. Pero, ¿por qué seguís siendo pesados de corazón? ¿Cuándo vais a poner coto a vuestras mentiras, si no lo hacéis en presencia de la Verdad? ¿Por qué amáis la falsedad y buscáis el engaño? ¿Por qué pretendéis ser dichosos a base de realidades de porte rastrero? Sólo la Verdad hace dichosos. La Verdad por la que son verdaderas todas las cosas. Lo demás es vanidad de gente frívola y todo vanidad (Cf Qo 1,2). ¿Qué saca el hombre de todos los trabajos con que se afana bajo el sol? (Qo 1,3) ¿Por qué os quedáis estancados en el amor de las cosas temporales? ¿Por qué vais a la zaga de las realidades ínfimas estimándolas como superiores, si todas ellas son vanidad y mentira? Lo que de hecho estáis anhelando es que todas esas realidades que pasan como la sombra sean estables a vuestro lado.

Y sabedlo: el Señor hizo admirable a su santo. ¿A qué santo se refiere sino a aquel a quien resucitó del sepulcro y colocó a su derecha en el cielo? Se trata de un reproche dirigido al género humano para que, de una vez por todas, se aparte del amor de este mundo y se vuelva a él. Y si alguien se siente extrañado de la conjunción copulativa "y" sabedlo, no le costará mucho observar que este tipo de locución bíblica resulta familiar al lenguaje en que se expresaron los profetas. Con relativa frecuencia nos encontramos con pasajes que se inician así: Y le dijo el Señor, y le fue dirigida la palabra del Señor. Esta conjunción copulativa, al no mediar un pasaje anterior que pueda estar en conexión con el siguiente, constituye quizá una sugerencia estupenda para indicar que la expresión oral de la verdad está íntimamente ligada a aquella visión que tiene lugar en el corazón. Aunque, de todos modos, cabe la posibilidad de expresarnos aquí, como en el pasaje anterior: ¿Por qué amáis la vanidad y buscáis el engaño? La expresión está estructurada como para decir: No améis la vanidad ni busquéis el engaño. Redactada así, la expresión que sigue es impecable: Y sabedlo: el Señor hizo admirable a su santo. Pero hay un diapsalma intercalado que constituye un obstáculo para unir las dos proposiciones. Algunos pretenden que se trata de un término hebreo que significa "hágase", otros dicen que es una palabra griega, indicación de intervalo en el canto. Según eso, psalma es lo que se canta, diapsalma es silencio en el canto. Análogamente, se denomina synpsalma a la conjunción de voces en el canto, y diapsalma es la disyunción de estas voces, donde aparece una especie de pausa, como continuación de la disyunción. Sea lo uno o lo otro, o incluso una hipótesis distinta, no hay duda de que lo más verosímil es que el sentido queda interrumpido cuando hay un diapsalma intercalado, quedando el texto siguiente sin vinculación alguna con el anterior.
comentario al salmo 4 3-4

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  1. Unknown dijo... 4 de noviembre de 2018, 2:10

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