miércoles, 23 de enero de 2019

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UN GESTO POCO RELIGIOSO

"Había una boda en Galilea". Así comienza este relato en el que se nos dice algo inesperado y sorprendente. La primera intervención pública de Jesús, el Enviado de Dios, no tiene nada de religioso. No acontece en un lugar sagrado. Jesús inaugura su actividad profética "salvando" una fiesta de bodas que podía haber terminado muy mal.

En aquellas aldeas pobres de Galilea, la fiesta de las bodas era la más apreciada por todos. Durante varios días, familiares y amigos acompañaban a los novios comiendo y bebiendo con ellos, bailando danzas festivas y cantando canciones de amor.

El evangelio de Juan nos dice que fue en medio de una de estas bodas donde Jesús hizo su "primer signo", el signo que nos ofrece la clave para entender toda su actuación y el sentido profundo de su misión salvadora.

El evangelista Juan no habla de "milagros". A los gestos sorprendentes que realiza Jesús los llama siempre "signos". No quiere que sus lectores se queden en lo que puede haber de prodigioso en su actuación. Nos invita a que descubramos su significado más profundo. Para ello nos ofrece algunas pistas de carácter simbólico. Veamos solo una.

La madre de Jesús, atenta a los detalles de la fiesta, se da cuenta de que "no les queda vino" y se lo indica a su hijo. Tal vez los novios, de condición humilde, se han visto desbordados por los invitados. María está preocupada. La fiesta está en peligro. ¿Cómo puede terminar una boda sin vino? Ella confía en Jesús.

Entre los campesinos de Galilea el vino era un símbolo muy conocido de la alegría y del amor. Lo sabían todos. Si en la vida falta la alegría y falta el amor, ¿en qué puede terminar la convivencia? María no se equivoca. Jesús interviene para salvar la fiesta proporcionando vino abundante y de excelente calidad.

Este gesto de Jesús nos ayuda a captar la orientación de su vida entera y el contenido fundamental de su proyecto del reino de Dios. Mientras los dirigentes religiosos y los maestros de la ley se preocupan de la religión, Jesús se dedica a hacer más humana y llevadera la vida de la gente.

Los evangelios presentan a Jesús concentrado, no en la religión sino en la vida. No es solo para personas religiosas y piadosas. Es también para quienes se han quedado decepcionados por la religión, pero sienten necesidad de vivir de manera más digna y dichosa. ¿Por qué? Porque Jesús contagia fe en un Dios en el que se puede confiar y con el que se puede vivir con alegría, y porque atrae hacia una vida más generosa, movida por un amor solidario.
José Antonio Pagola

ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

      Señor, gracias por invitarnos a tu fiesta, para hacernos partícipes del banquete de la salvación por permitirnos disfrutar de la joya del Evangelio, por ser tus amigos.
      Gracias por darnos a probar tu vino; que llena de alegría nuestros corazones y de entusiasmo nuestras vidas;
que nos hace sentir unidos en una celebración compartida,
y nos anima a participar en una misión gozosa.
        Gracias por convertir las picas de nuestro corazón de piedra en un lugar donde los milagros son posibles.
        Donde el odio se puede transformar en amor; y el rencor, en perdón; donde el egoísmo se convierte generosidad; y la rivalidad, cooperación; donde el desánimo da paso a la esperanza; y el desencanto, a la alabanza.
        Enséñanos a estar siempre atentos para escucharte y danos la fuerza para hacer todo lo que nos digas.
       Que nunca dejamos de estar agradecidos para participar en la fiesta del amor.
P. Julián Montenegro Sáenz, OAR.

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