lunes, 22 de abril de 2019

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AVALADOS POR LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

Viví jugando a demasiadas cosas,
a vivir, a soñar, a ser un hombre.
Tal vez nazca al morir, aunque me asombre,
como nacen, soñándose, las rosas.

Dame tus manos misericordiosas
para que el corazón se desescombre.
Dime si es cierto que, al pensar tu nombre,
se vuelven las orugas mariposas.

Sé que los cielos estarán abiertos
y aún más abierta encontraré la vida.
Ya no seremos nunca más cautivos.

Ganaremos, perdiendo, la partida.
Y, pues hemos vivido estando muertos,
muriendo en luz despertaremos vivos.

P. José Luis Martín Descalzo:


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