Ven Espíritu Santo, y pasa por todo mi cuerpo.
Acaricia con tu
cariño este cuerpo cansado y derrama en él la calma y la paz.
Penetra con tu
soplo en cada parte débil o enferma. Restaura, sana, libera cada uno de mis
órganos. Pasa por mi sangre, por mi piel, por mis huesos.
Ven, Espíritu
Santo, y aplaca toda tensión con tu amor que todo lo penetra.
Sáname Señor. Amén."
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Los Cinco Minutos de San Agustín de Hipona
Existe otra oración interior y
continua, que es el deseo. Aunque hagas cualquier cosa, si deseas el reposo en
Dios, no interrumpes la oración. Si no quieres dejar de orar, no interrumpes el
deseo.
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