lunes, 25 de enero de 2021

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NO SIGAS OTRO CAMINO DISTINTO DE AQUEL POR EL QUE ANDUVO CRISTO. Mc 1, 14-20

 Si sigues el camino de Cristo, no esperes prosperidad mundana. Él anduvo por caminos ásperos, pero prometió grandes bienes. Síguele. No mires sólo por dónde has de ir, sino también a dónde has de llegar. Tolerarás las asperezas temporales, pero llegarás a las alegrías eternas. Si quieres soportar la fatiga, pon tu mirada en la recompensa. También el obrero desfallecería en el trabajo de la viña, si no pensase en lo que va a recibir. Cuando pienses en eso que vas a recibir, te parecerá sin importancia todo lo que tengas que sufrir, y no lo verás ni comparable a lo que te espera. Te causará extrañeza el que se te dé tanto por tan poco trabajo. Pues, hermanos, por un descanso eterno se debería sufrir una fatiga eterna; antes de recibir la felicidad eterna, deberías haber soportado sufrimientos eternos; mas, si tuvieses que soportar una fatiga eterna, ¿cuándo llegarías a la eterna felicidad? Pero acontece que siendo tu tribulación necesariamente temporal, acabada ella llegarás a la felicidad sin límite. Hermanos, puede haber una larga tribulación a cambio de la felicidad eterna. Dado que nuestra felicidad no tendrá fin, nuestra miseria, nuestra fatiga y nuestras tribulaciones han de ser duraderas…Con todo, si se prolongasen por miles de años, contrapón mil años con la eternidad. ¿A qué comparas lo infinito con lo finito, por largo que sea? Diez mil años, un millón de años, los cuales tienen fin, no pueden compararse con la eternidad. A esto añade que Dios quiso sólo de nosotros un trabajo temporal y breve. Toda la vida del hombre se reduce a pocos días, y aun cuando no se mezclasen las horas calamitosas con las alegres, que ciertamente son más y más prolongadas que las amargas, sin embargo, a fin de que podamos continuar subsistiendo en esta vida de sufrimientos, son más breves y pocas las adversas. Con todo, si el hombre permaneciere en trabajos, en fatigas, en dolores, en tormentos, en cárceles, en calamidades, en hambre y en sed durante toda su vida, durante todos los días y todas las horas de su existencia en la tierra hasta la vejez, pocos días son toda la vida del hombre. Pues, pasado este trabajo, vendrá el reino eterno, vendrá la felicidad sin fin, vendrá la igualdad con los ángeles, vendrá la heredad de Cristo, vendrá Cristo coheredero. Por tan poco trabajo, ¡cuánta recompensa no recibimos!

Por tanto, el Señor dirige los pasos de los hombres y éste anhela su camino (Sal 36,23). A partir de aquí había comenzado a decir: si quieres seguir el camino de Cristo y eres en verdad cristiano, sábete que es cristiano el que no menosprecia el camino de Cristo, sino que quiere seguirlo a través de sus padecimientos. No vayas por otro camino distinto de aquel por el que anduvo Él. Parece duro, pero es seguro. Otro quizá tenga más encantos, pero está lleno de atracadores. Anhela, pues, su camino.

En.Ps 36, 2,16

 

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