"Ven Espíritu Santo, para enseñarme a quererme como tú me quieres.
Tú sabes que a veces me obsesiono por mi
cuerpo, me angustio cuando descubro el paso de los años en mi piel, cuando
percibo que el aspecto físico se va desgastando sin cesar, cuando reconozco que
mi belleza es limitada y que algunos detalles de mi cuerpo no me agradan.
Ven Espíritu Santo, y enséñame a amar
este cuerpo que has creado. Ayúdame a tratarlo con cariño y delicadeza, porque
es obra de tu poder amoroso.
No permitas que me obsesione por la
belleza y por la salud, para que pueda amar este cuerpo tal como es, y
reconozca que tiene un lugar en el universo, porque es una creatura tuya.
Pasa por mi cuerpo, Espíritu Santo,
sánalo, restáuralo, serénalo. Cura todas las enfermedades que se han provocado
por falta de amor, por exigirle demasiado, por tratarlo mal, por haberme
llenado de tensiones, por todas las angustias que le han hecho daño.
Ven Espíritu Santo, pasa delicadamente
por todo mi cuerpo, y llénalo de vida.
Amén."
************
Los
Cinco Minutos de San Agustín de Hipona
La
vida terrena es una peregrinación y como tal está llena de tentaciones. Pero
nuestro crecimiento espiritual está subrayado por tentaciones. Por tentaciones
precedentes, nos reconocernos a nosotros mismos. Luchando contra ella, tenemos
la posibilidad de vencer. Superándolas, nos coronan como vencedores.
0 Reactions to this post
Add CommentPublicar un comentario