sábado, 30 de abril de 2016

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De la mano de San Agustín (20): El dedo de Dios es el Espíritu Santo

 ¿Qué es el dedo de Dios? Investiguémoslo en el evangelio y lo encontraremos. ¿Qué significa la expresión «el dedo de Dios»? Dios no tiene la forma corporal que poseemos nosotros, ni ve por un órgano sí y por otro no, ni está delimitado por la forma de los miembros; él está entero en todas partes y presente en todo. ¿Qué es, pues, ese dedo de Dios? El Espíritu Santo. Prestad atención. ¿Cómo lo probamos? Por el evangelio. A veces sucede que un evangelista dice claramente lo mismo que otro ha dicho de forma figurada. Hay un lugar en el evangelio en el que los judíos dijeron del Señor que expulsaba los demonios en nombre de Belcebú. En respuesta, el Señor les dijo: Si yo expulso los demonios en el dedo de Dios, con toda certeza ha llegado a vosotros el reino de Dios (Lc 11,20). Otro evangelista relata lo mismo, cuando dice: Si yo los expulso en el Espíritu Santo, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios (Mt 12,28). Un evangelista habla del dedo de Dios, pero otro nos expone lo mismo, mostrándonos que el dedo de Dios es el Espíritu Santo. No busquemos en Dios dedos de carne, antes bien comprendamos por qué se llama así al Espíritu Santo. Porque por medio del Espíritu Santo recibieron los apóstoles la diversidad de los dones. En efecto, los dedos manifiestan la división de la mano y con ellos se cuenta y se divide. ¿Por qué, pues, celebran los judíos Pentecostés? ¡Gran misterio, hermanos, y digno de toda admiración! Si os dais cuenta, a los cincuenta días recibieron la ley escrita con el dedo de Dios y a los cincuenta vino el Espíritu Santo.
Sermón 272 B,4

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