lunes, 12 de agosto de 2019

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DOMINGO XIX del TIEMPO ORDINARIO- Reflexión- Oración

         En cambio, Jesús nos invita a vivir sobrios y despiertos, con los ojos abiertos, porque la felicidad no se encuentra en lo que vamos acaparando, sino que nos llegará a la hora menos pensada, como el siervo que recibe la visita del amo sin avisar.

        Somos administradores, no propietarios, del mundo en que vivimos. Podemos gozar de él, pero tendremos que rendir cuentas del modo como lo hemos gestionado.

       O bien, como dice la segunda lectura, somos peregrinos. No tenemos que instalarnos. Vivimos en camino, sin tener como propia la tierra que pisamos, y nos conviene ir ligeros de equipaje con la esperanza de llegar un día a la patria prometida.

    Nos desvivimos por comprar seguridad a cualquier precio y acabamos viviendo a la defensiva. Buscamos protección y nos encerramos en casa, buscamos bienestar y acumulamos riquezas. Nos hacemos prisioneros del miedo a perder el pequeño mundo que hemos ido amurallando y que no nos deja gozar de la belleza de los espacios abiertos.

ORACION DE ACCION DE GRACIAS

No temas, pequeño rebaño. A veces tenemos nostalgia de tiempos pasados en que éramos más e influíamos más, y tenemos miedo de vivir a la intemperie, en un ambiente frío y a veces hostil.
       Pero más bien, Señor Jesús, deberíamos alegrarnos de vivir así, sin poder confiar en nuestras fuerzas sino en el don de Dios.
       Menos cargados de poder y de prestigio, sin tener que tirar del carro de una sociedad que va a su aire, más pobres y más ligeros de equipaje, podemos andar más libres por los caminos que tú nos vas marcando.
       Queremos hacer caso de tu palabra y vivir atentos y vigilantes a los signos de los tiempos, que no son las glorias de ayer ni los sueños de mañana, sino tus llamadas y tus huellas en el mundo de hoy, que es el que tenemos que amar.
P. Julián Montenegro Sáenz

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