sábado, 18 de agosto de 2012

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San Ezequiel Moreno Díaz (3)

Con tan admirable resignación y conformidad con la voluntad de Dios, manifestada en los hermosísimos párrafos que acabo de copiar, salió el Siervo de Dios el 18 de diciembre de la capital de su Diócesis para llegar, después de un largo y accidentado viaje, el 10 de febrero a Madrid, donde había de ser operado en el sanatorio de Nuestra Señora del Rosario; cumpliéndose exactamente aquellos siete años de los que le había hablado en la primera visita a su hermana Benigna; cuando diciéndole esta, que ya no le podría ver en este mundo, le contestó el P. Ezequiel: "No lo creas así, Benigna; podrá suceder que me equivoque; pero creo y casi estoy seguro de que hemos de volver a vernos dentro de siete años; y entonces me veréis o vendré de un modo distinto del que veis ahora".

Dos operaciones dolorosísimas sufrió el Ilmo. Sr. Moreno; la primera el día 14 de febrero y la segunda el 30 de marzo del 1906. ......Como la enfermedad se agravaba y era humanamente incurable, según él lo había anunciado con antelación, dijo el siervo de Dios: "Voy a morirme al lado de mi madre", esto es, de la Virgen del Camino, Patrona y Titular del Convento de PP. Agustinos Recoletos de Monteagudo (Navarra), para donde salió el 31 de mayo, llegando el 1 de junio a su nuevo y último destino.

Instalado por elección propia en una pobrísima celda, pero que tenía de particular una celosía que daba a la Iglesia, desde la cual se comunicaba constantemente con el Amado de su alma, el divino Jesús, edificó a la Comunidad con los más preciosos ejemplos de paciencia, resignación, mansedumbre, humildad, pobreza, obediencia, pureza, amor de Dios y conformidad con su voluntad, hasta el día 19 de agosto de 1906, en que voló su alma al cielo, a las ocho y treinta y cinco minutos de su mañana, y a los 56 años de edad, rodeado y acompañado de todos los religiosos, presididos por el Ilmo. Sr. Obispo dimisionario de Jaro, D. Fr. Andrés Ferrero.

 “En tiempo de las tribulaciones es cuando más se necesita acercarse a Jesucristo para pedirle ayuda y favor”(Carta II, p. 136)

 “El que de veras busca a Dios todo lo encuentra en Él, y en todas partes se encuentra bien y nada le abate(Carta I, p. 153)  

“Solo Dios da eso que busca nuestro corazón; esa cosa especial que en vano buscamos en las cosas de la tierra” (Carta I, p. 153)

“Solo en Dios se descansa; es una gran verdad, y feliz el que la comprende y en Dios busca el descanso” (Carta I, p. 161)           

 “Envidiemos la suerte de los Santos del Cielo, que nada tienen que desear y están completamente satisfechos con la posesión de Dios”. (Carta I, p. 169)     

“Es agradable y lo más agradable, andar siempre en compañía de Jesús y haciéndolo todo en Él y para Él"  ( Carta I, p. 36)

“Solo en la posesión de Dios podemos encontrar el colmo y satisfacción de nuestros deseos”
(Carta I, p. 169). 
        
 “No hay otro sitio donde descansar con reposo sino Dios”( Carta I, p. 165).         

 “Jesús y yo, esto solo basta y todo lo demás sobra(Carta I, p. 185).

“Todo se compendia en esta corta frase, que no dejo de repetir, sobre todo a las religiosas: Jesús y yo” (Carta I, p. 185).           

 “¡Oh! cuán digno es de lástima el corazón que se aficiona de algo que no sea Dios”
(Carta I, p. 227)

“Fuera del corazón de Jesús no hay salvación” (2° Carta Pastoral a los fieles de Pasto).

Tomado de: Máximas, Sentencias y Soliloquios.
P. Teófilo Garnica del Carmen

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