miércoles, 16 de abril de 2014

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Miércoles Santo

Oh Dios, que, para librarnos del poder del enemigo, 
quisiste que tu Hijo muriera en la cruz; 
concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. 
Por nuestro Señor.


En tus manos, Señor, pongo mi vida
con todas sus angustías y dolores;
que en ti florezcan frescos mis amores
y que halle apoyo en ti mi fe caída.

Quiero ser como cera derretida
que modelen tus dedos creadores;
y morar para siempre mis temores
de tu costado en la sangrienta herida.

Vivir tu muerte y tus dolores grandes,
disfrutar tus delicias verdaderas
y seguir el camino por donde andes.

Dame, Señor, que quiera lo que mandes
para poder querer lo que tú quieras. Amén.


VÍSPERAS

Vengo, Señor, cabe las igneas huellas
de tus sacras heridas luminosas:
quíntuple abrir de inmarcesibles rosas,
suma constelación de cinco estrellas.

Vengo a poblar sus oquedades bellas,
a estudiar en sus aulas silenciosas,
y a beber, con ternuras dolorosas,
la miel de acíbar que pusiste en ellas.

Cuando zozobre mi valor, inerme,
y vaya en turbias ansias a abismarme
y llagado también llegue yo a verme,

deja a tus dulces llagas allegarme,
y en sus íntimos claustros esconderme,
y en su divina suavidad curarme. Amén

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