jueves, 11 de febrero de 2016

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De la mano de San Agustín (10):

 Conviértanse a la tarde. No sé a quiénes se refiere, que en otro tiempo cometieron maldades, que en otro tiempo fueron tinieblas, y que se convierten a la tarde. ¿Qué significa: a la tarde? Después, más tarde. Deberían haber reconocido a Cristo como médico, antes de crucificarlo. Porque, una vez crucificado, resucitado, ascendido al cielo, y después de enviado su Espíritu Santo, del que quedaron llenos los que estaban reunidos en una casa, y comenzaron a hablar en las lenguas de todos los pueblos, quedaron impresionados los que habían crucificado a Cristo, les remordió su conciencia y le preguntaron a los Apóstoles qué debían hacer para salvarse. Ellos le contestaron: Convertíos y que se bautice cada uno en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y quedarán perdonados vuestros pecados (Hch 2,38). Después que Cristo fue crucificado, después del derramamiento de la sangre de Cristo, quedan perdonados vuestros pecados. Quiso morir de tal manera, que por su sangre quedasen redimidos incluso los que la derramaron. La derramasteis con crueldad: bebedla con arrepentimiento. Con razón dice conviértanse a la tarde y sientan hambre como los perros. Los judíos les llamaban perros a los gentiles, por ser impuros. De ahí que el mismo Señor, cuando una mujer cananea, no judía, iba gritando detrás de él, queriendo lograr de su misericordia la curación de su hija, él, previéndolo todo, sabiéndolo todo, pero con la intención de mostrar su fe, retrasó su favor y la tuvo en suspenso. ¿Cómo fue su retraso? No he sido enviado, dijo, más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 15,24). Israel, las ovejas; y los gentiles ¿qué? No es bueno echar el pan de los hijos a los perros (Mt 15,26). Llamó, pues, perros a los gentiles, por la impureza. ¿Y qué hace aquella mujer hambrienta? No protestó por estas palabras; recibió con humildad el insulto y esto le mereció el beneficio. En realidad no hay por qué llamar insulto a lo dicho por el Señor. Si el siervo le dice algo así a su señor, es un insulto; pero si el señor dice algo parecido a su eslavo, debe ser tenido más bien como una honra. Así es, Señor, contesta la mujer. ¿Qué significa: Así es? Dices la verdad, sin duda es cierto: soy un perro. Y añade: Pero también los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus señores (Mt 15,27). E inmediatamente le dice el Señor: ¡Oh mujer, qué grande es tu fe! (Mt 15 28) Hace un momento era un perro ahora ya es una mujer. ¿Por qué ya mujer la que poco antes un perro? Por su humilde confesión, por no rechazar lo que había dicho el Señor. Luego los gentiles son perros, y por lo mismo hambrientos. Bueno es también para los judíos reconocerse pecadores; y, aunque sea a la tarde, que se conviertan, y que pasen hambre como perros. De hecho, un mal hartazgo tenía el que se expresaba así: ayuno dos veces por semana (Lc 18,12). El publicano aquel sí era un perro, y pasaba hambre; y su hambre era del favor del Señor, ya que decía: Ten compasión de mí, que soy un pecador (Lc 18,13). Que se conviertan, pues, también ellos a la tarde, y sientan hambre como los perros. Que anhelen la gracia de Dios, que se reconozcan pecadores; que los fuertes se vuelvan débiles y los ricos se hagan pobres, que aquellos justos se reconozcan pecadores, y aquellos que se creían leones, se vuelvan perros. Que se conviertan a la tarde, pasen hambre como perros, y andarán rondando por la ciudad. ¿Por qué ciudad? Por el mundo este, al que la Escritura en varios lugares llama "la ciudad que rodea" (Cf Sal 30,22; 59,11; 107,11 (sec LXX)). Es decir, este mundo en el que todas las naciones estaban en torno al único pueblo judío, en el que se pronunciaban estas palabras, y se le llamaba "la ciudad que está en torno". Esta es la ciudad que ellos, convertidos ya en perros y con hambre, andarán rondando. ¿Cómo la recorrerán? Anunciando el Evangelio. Saulo, de lobo que era, a la tarde se convirtió en perro, es decir, se convirtió ya tarde, y de comer primero las migajas de su señor, luego, por su gracia se puso a correr y anduvo rondando por toda la "ciudad".
Coment. al Salmo 58 I, 15

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