lunes, 26 de noviembre de 2018

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ADVIENTO -1-

Caminando hacia la Navidad de la mano de Agustín
El adviento es un tiempo litúrgico fuerte. Como lo es la Cuaresma, el tiempo de Pascua o de Navidad. ¿Y que significa en la liturgia ser tiempo litúrgico fuerte? Es el señalado por la Iglesia para prepararnos debidamente en orden a la celebración de alguno de los acontecimientos más sobresalientes de la vida de Cristo (Nacimiento, Muerte y Resurrección en adviento y cuaresma) o para seguir celebrándolo (Navidad y la Pascua).
Adviento es una palabra que significa literalmente advenimiento o próxima venida. Se aplicaba especialmente a la llegada de algún personaje importante, y que ahora nosotros dedicamos al único personaje realmente importante, Jesús. Porque esta venida del Señor no es la ficción de estar esperando como si fuésemos los hombres y mujeres del Antiguo Testamento que no habían visto aún al Mesías. Nosotros sí lo hemos visto, nosotros hemos conocido ya su venida en nuestra historia, hace dos mil años, en Belén.

Pero esta venida histórica, que conmemoramos en la Navidad, deja en nosotros el anhelo de una venida más plena. Y por ello, decimos que el Adviento celebra una triple venida del Señor: en primer lugar, la histórica, cuando asumió nuestra misma carne para hacer presente en el mundo la Buena Noticia de Dios; en segundo lugar, la que se realiza ahora, cada día, a través de la Eucaristía y de los demás sacramentos, y a través de tantos y tantos signos de su presencia, comenzando por el signo de los hermanos, y de los hermanos pobres; y finalmente, en tercer lugar, la venida definitiva, al final de los tiempos, cuando llegará a plenitud el Reino de Dios en la vida eterna.

El tiempo de Adviento es el más tardío de todos los tiempos litúrgicos: no existió hasta el siglo V o VI. La fiesta de Navidad nació a principios del siglo IV, y consta por primera vez en un calendario del año 354; la de la Epifanía, quizá algunos años antes. Y a partir de la existencia de esas fiestas, los cristianos quisieron dedicar un tiempo a su preparación. Un tiempo, sin embargo, que tuvo distintas extensiones y características según cada lugar, hasta que quedó fijado como ahora lo tenemos.

Litúrgicamente tiene un doble significado: a) es el tiempo de la espera escatológica de la última y definitiva venida de Cristo, y b) es el tiempo que la Iglesia dedica a preparar la celebración del nacimiento de Cristo. Celebramos, por tanto, la doble venida del Señor. La primera ya aconteció, pero la celebramos cada año. La segunda ocurrirá al final de los tiempos.

En la primera parte del adviento se destaca el aspecto escatológico de la espera (mirada a los acontecimientos de los últimos días). En la segunda, a partir del día 17, se centra la atención en el misterio del nacimiento de Cristo, ocurrido hace dos mil años, pero actualizado en la liturgia.
P. Teodoro Baztán Basterra, OAR.


  ESTRELLA DE NAVIDAD

  
  La niña que va corriendo
    atrapó y lleva una estrella.
    Va que vuela y va doblando
    matas y bestias que encuentra.

    Ya se le queman las manos
    se cansa, trastabillea,
    tropieza, cae de bruces,
    y con ella se endereza…
 Gabriela Mistral

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